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martes, 8 de abril de 2014

Fractura de peroné, y el accidente de mi esposo

Gracias!!! Noto por las visitas lo que ha gustado el artículo anterior, donde comento que a falta de coordinación para recogerme un vehículo en la playa, aparece un ángel motorizado, que es quien me regresa donde me hospedo.

Quedamos en que al ingreso al lugar donde me encontraba hospedada, de momento nadie se percató de mi entrada en moto, pues la mayoría estaban observando en la playa por donde aparecería, y cuando me acerco en "pata coja" se han asustado, de como hice para llegar por la entrada principal.

Le avisan al chofer del vehículo por whatsapp

Quien me estaba buscando por la playa, ya antes se había devuelto para avisar que no me encontraba, pero regresó por las señoras que me habían acompañado, para que le indicaran en la playa, hasta donde me habían visto la última vez.

Como he dicho son unos 45 minutos a pie por la playa y pueden ser unos 5 a 10 minutos en vehículo.

El celular no entraba en ese sector pero si whatsapp, por ese medio le envían un mensaje a los que estaban en el vehículo buscándome en la playa, y al leer el mensaje todos contentos porque yo había aparecido, estaban preocupados que por ningún lado me veían y que no se sabía exactamente que me había pasado en la pierna. Para este momento mi esposo aún no se enteraba pues no regresaban de su partido de golf.

En la cabina con mi pierna lastimada

Reunidos en la cocina los que estábamos, me preguntan sobre como llegué hasta allí, les comento la aventura con ángel motorizado incluido y se gozan de lo acontecido. Hasta se me dijo, en forma jocosa, que estaban preocupados de que le iban a decir a mi esposo, y que una de ellas pensó que me había encontrado un novio y me desaparecí, y casi que así sucedió jeje se decían.

Mi esposo llega en ese momento y apenas le pude comentar lo que me había sucedido ya que el venía muy asustado, acababa de tener un accidente. Curiosamente nos acontecían percances casi al mismo tiempo y en diferente lugar.

El accidente de mi esposo

Puente similar al que pasaron
Me cuenta él que de regreso a eso de las 11:30a.m., el chofer se quedó dormido estando al volante, no saben cuanto tendría de estarlo porque venían en carretera recta, y los restantes cuatro pasajeros también venían agotados.

Mi esposo estaba sentado en el asiento atrás del chofer, no fue sino hasta que pasaron un puente, de esos que hay en los pueblos (sin barandas a los lados), el vehículo no dió la vuelta correspondiente en esa carretera y se fue directo contra una cerca que por milagro los atajó, se salvaron de no caer al río, o que no los atajara la cerca y hubiesen ido a dar quien sabe a donde, o haber golpeado a algún peatón.

Es en ese momento, cuando los detiene la cerca, que se despierta quien iba de chofer, valga decir que es el dueño de la cabina, a quien el día anterior, su esposa le había indicado no manejar, pues se estaba acostando tarde y estaba agotado del viaje desde san José, pero llegada la mañana siguiente no permitió que su yerno lo hiciera como se había acordado.

Sucede lo que sucede y los culpables son la trasnochada, el agotamiento y el mucho sol recibido en el campo de golf para que se quedara dormido, más vale que no hubo una tragedia que lamentar. Asustados, el chofer dió todas las disculpas del caso a los ocupantes, y de regreso a la cabina ellos no comentaron nada, pues los recibieron con la noticia de mi percance.


Entre risas y demás luego de volver a contar mi suceso y la aventura que me hace regresar a la cabina; sin poder caminar bien y con una bolsa de hielo en la parte donde sentía el leve dolor, no me permiten ayudar a realizar el almuerzo, que ese día correspondía preparar con mi esposo, más en cambio por mi circunstancia, los otros señores le ayudan, más vale que eran las chuletas, que se cocinaron en una parrilla, acompañadas de ensalada que alguien más realizó.

Yo me sentía muy incómoda de no poder moverme a realizar nada, así que cuando me esposo me pregunta a eso de las 2 p.m. si me quiero regresar a la casa, pues él tampoco se siente cómodo conmigo en ese estado y luego de lo que le aconteció, sin titubear le dije que sí, que nos regresáramos a casa, pues no quería pasar allí la noche, tan lejos de una farmacia y menos de un centro médico, porque no sabía como amanecería, mejor que fuera en mi casa.

Comenzamos el camino de regreso

Lo comunicamos a los demás que nos regresaríamos este sábado, no compartiríamos con ellos hasta el lunes como teníamos pensado, nos comprendieron pues notaban que yo si acaso podía dar paso, empacamos y salimos de allí a las 3 p.m. para tomar el ferry de las 5 p.m., para llegar allí dista una hora y media, se pretende estar un poco antes para hacer la fila del vehículo, llegar al filo del tiempo significa que si el ferry está a capacidad de vehículos, se debe esperar el próximo que saldría como a las 9 p.m.

El camino de regreso, ya conocido, calle de lastre, lleno de polvo y sol incandecente 35º, vale que llevábamos mucha agua para hidratarnos. 

4.30p.m. Llegamos de décimos a la fila correspondiente a subir el vehículo al ferry, mi esposo fue a comprar los tiquetes.


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 Si estás pasando por una situación similar a la mía, buscando has llegado a este artículo y quieres leer como aconteció esta fractura de peroné y las diferentes situaciones que se me han presentado, además el proceso de la rehabilitación, que conlleva esos dolores "normales", te invito a esta página donde encontrarás otros artículos con sus respectivos links.

jueves, 3 de abril de 2014

Fractura de peroné, día que sucedió

Es curioso, mi intensión al escribir sobre como he sobrellevado este proceso de la fractura de peroné, ha sido por si a alguien más le sucede y así como yo busqué información, tenga una reseña de lo que acontece incluida la rehabilitación, lo curioso es que ya tengo personas escribiéndome, cosa que agradezco saber que están leyendo dejando letras y que les es de ayuda estos artículos, porque quieren saber más allá de lo que ya llevo escrito.

Como ya comenté en artículo anterior, habíamos llegado a Playa San Miguel en Guanacaste, decidímos que al día siguiente en la mañana a las 6 a.m. los hombres saldrían a jugar golf a Punta Islita y las mujeres luego del desayuno, con los niños a la poza de la playa.

La noche antes de ese amanecer, mi esposo y yo no pudimos dormir bien, debido a que mi esposo que es muy puntual, no tenía como hacerse de una alarma (no recordamos que el celular la tiene ya que no acostumbramos usarla) que le avisara levantarse temprano, entonces se levantó varias veces en la noche a constatar la hora, lo que hacía que ni aún yo pegara un sueño contínuo. Amaneció, fue el primero en llegar a la cocina a tomar café, esperó a los demás y como a los demás se les hizo tarde, no hicieron un buen desayuno.

Cerca de las 8a.m me fui a bañar (acostumbro hacerlo antes de desayunar), llego a la cocina y seguida aparece la dueña del lugar, hicimos café y otras cosas, desayunamos, luego fueron apareciendo las demás señoras con sus niños, a volver la cocina al revés para atenderlos pues han amanecido muy hambrientos jeje.

Como ya he dicho mi esposo y yo, no llevabamos niños, por lo que decidí iría a caminar a la playa una media hora, luego volvería a la casa para ir con ellas y los niños a la poza.

Caminata por la playa

Vestida para la ocasión, con vestido de baño, sobre éste unos short, tenis, me puse bronceador, botella de agua y una gorra amplia que me cubriera del incesante sol de las 9a.m.de la mañana, me dispuse a  caminar, uno de los chicos de aproximadamente 14 años, que durante la noche anterior se había integrado a los adultos, de esos chicos que son muy inteligentes y les gusta participar de la tertulia adulta, me dijo me acompañaría a caminar.

El chico fue por su bicicleta y nos dispusimos a "marcar" playa con nuestras huellas, íbamos conversando de varios temas. Quien diría que un chico de esa edad tuviese temas tan profundos e inteligentes de que conversar y que le agrade acompañar a una señora como yo y no así quedarse con los otros chicos jugando. 

Quince minutos de ida y quince minutos de vuelta, ya estábamos de nuevo en la casa, para salir junto con los demás a la poza.

Tomé un bolso con otras cosas, incluido un libro y junto a las señoras y los niños caminamos al sitio que distaba a 45 minutos, por la playa.

Continúo con la llegada a la poza.


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lunes, 31 de marzo de 2014

Fractura de peroné, viaje en ferry y llegada al destino

Ferry Puntarenas con destino a Paquera
En el ferry buscamos una bonita ubicación en el tercer piso, para no perdernos el paisaje durante ese viaje de 1h30m.

Sombrero, gorra, bloqueador, el sol estaba fuerte, nos sentamos en butacas a la interperie; con agua fresca, refrescos bien fríos y unas botanas que se compran allí en el puesto, nos dedicamos a observar todo lo que el ancho Oceáno Pacífico nos ofrecía, se acercaron unas gaviotas a comer de nuestra mano, y uno que otro delfín hizo su danza.

Llegada al muelle de Paquera

4.50pm: el ferry está por aparcar en el muelle de Paquera. Nos dirijimos al pueblo de Jicaral para hacer algunas compras.

Nos quedarían todavía unas dos horas para llegar a la cabina del matrimonio amigo en la Playa San Miguel, al bajar del transporte marítimo, como ya comentamos antes, debíamos ir al pueblo a realizar unas compras al Palí (nombre del supermercado del lugar), el establecimiento estaba repleto de gente debido a que era quincena (fecha en que la mayoría de las personas hacen compras, además era 14 febrero "Día del Amor y la Amistad"). Días antes, yo había hablado con el administrador del Palí, para que me guardara una carne y no tener que transportarla desde San José; se sumó a la compra huevos, cervezas, pan, queso, botanas y más, íbamos a estar 3 días en la cabina y en mi país ir de visita y llegar con las manos vacías es muy feo. Bueno, además que ya nos habían indicado nos correspondía realizar el almuerzo o la cena del día sábado, para 13 personas (niños y adultos), que nos reuniríamos ese fin de semana.

6pm: Terminamos las compras, ya estaba oscureciendo, con mapa en mano nos dirijimos a nuestro destino, por un camino, podríamos decir que estaba bien, calle lastreada pero que levantaba mucho polvo, en algunos tramos con poca luz. Hubo un trecho que nos correspondió ir detrás de un coche que nos lanzaba, por efecto de la carretera, mucho polvo y cuando se detuvo, aprovechamos para pasarle adelante, algo que no habíamos podido hacer antes por lo angosto de la carretera, no fuera que nos toparamos con otro vehículo en sentido contrario, en una zona con poca luz eléctrica.

Nos perdimos

Pero sucede que cuando adelantamos el coche, no nos dimos cuenta que allí justamente teníamos que doblar a la derecha, algo que nos enteramos 30 minutos más adelante cuando preguntamos por la dirección de una pulpería conocida (que indicaba el mapa), y nos han dicho nos devolviéramos. Ya habíamos perdido una hora, cuando llegamos a la pulpería citada observamos que no hubiésemos podido ver el rótulo (nombre de la pulpería) pues estaba tapado por unas palmeras, además de la poca luz del lugar.

Mientras tanto los dueños de la cabina nos llamaban al celular (cuando había señal ya que en esa zona no en todo sitio se tiene cobertura) para saber por donde veníamos,  para terminarnos de guiar, nos faltaba aún una hora por llegar. Nos encontramos con la otra dirección de una pulpería "Los Maderos", ya estábamos cerca, buscamos señal para el celular, pudimos comunicarnos y nos indican de ahí doblar a la derecha, fijarnos en el camino pues nos harían señales con un foco para que supiéramos donde debíamos ingresar, el camino a la entrada de la cabina.

Llegada a la cabina

9pm: Que bien hemos llegado!!!, muchos saludos y afectuoso recibimiento, bajar las maletas, nos indican donde es nuestro cuarto (el lugar cuenta con varias cabañas individuales), nos damos un baño y cambio de ropa (veníamos llenos de polvo hasta las pestañas), luego ir a cenar (los demás ya lo habían hecho antes), un arroz con palmito con un vino, al terminar fuimos a una salita a reunirnos a con el resto de los invitados, algunos no los conocíamos. Al filo de las 12media noche llega la última pareja con niños que se esperaba. En total éramos 13 personas: un bebé, varios niños hasta los 14 años, 4 parejas (matrimonios).

Termina el viernes pasadas las 12 media noche nos vamos a dormir, los planes para el día siguiente son que los hombres irán a jugar golf a un campo cercano en Punta Islita y las mujeres iremos con los niños a la playa.

Es de agradecer que el cuarto donde nos correspondió dormir contaba con abanico y otras necesidades para el clima caliente, mientras que el otro cuarto ya tenía un viejo inquilino (un murciélago pendiendo del techo), dis que vive allí y no hace nada, solo dormita; los niños decían que era una mariposa, los más grandecitos no dudaban de lo que era.


Yo no hubiera podido dormir con ese "inquilino" en mi cuarto, y usted?

Siga leyendo, ya viene el acontecimiento de esta historia Fractura de peroné, sabrá que pasó el sábado 15 de febrero...

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