Me presenté el primer día a la institución que se me asignó para realizar mi trabajo de voluntariado, una residencia de adultos mayores.
Llegué justo el día de la reunión anual de voluntariado de ese lugar, me presentan y soy presentada a las casi veinte compañeras, entre coordinadoras y asistentes, se vieron los logros del año y nuevas metas para el año venidero.
Terminada la reunión, una compañera me lleva a conocer el lugar.
Esta Residencia de ancianos, es un sitio muy particular, el más antiguo del país, por lo que alberga población de varias clases sociales, desde aquellos que están totalmente desamparados, que no hay quien vea por su subsistencia, por lo que comparten en salones donde hay varias camas, hasta las pensiones de varias habitaciones individuales, donde se pasan sus días, los que sus familiares pagan altas mensualidades para que los cuiden allí, mensualidades que muchas veces provienen de su mismo subsidio*.
Conversé con algunas personas internadas allí y muchas muy agradables, que se han acostumbrado a su situación y toman ese como su hogar permanente, otros están tristes ya que tienen ganas de volver a su casa, pero por diferentes circunstancias no hay quien les provea los cuidados y deben seguir en el asilo, a algunos los visitan diariamente o una vez a la semana sus familiares, otros demandan que nadie viene a verlos, en fin, que quedé motivada a volver para ayudar con mi aporte voluntario en lo que me sea posible.
*Subsidio o pensión es un salario mensual de por vida perteneciente al adulto mayor, luego de
muchos años de trabajo cotizando. Es un beneficio que otorga la seguridad social y
reglamentaciones del país.
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